Cada pieza de nuestra colección no. 11 expresa, de una u otra forma, las fases cíclicas de la luna llena, cuarto, creciente, menguante y nueva. Creamos aretes de los que cuelgan piedras semipreciosas cuyas formas representan cada una de estas fases y ear cuffs/anillos que imitan su tamaño que crece y decrece. Encontrarás dijes que encarnan sus dos rostros y su aura protectora que, además, se exalta gracias a las propiedades de la obsidiana, el ópalo andino, el lapislázuli y la coralina roja. Te ofrecemos aretes que recuerdan a las coronas de Thot y Chang’e, deidades lunares de los antiguos chinos y egipcios. Revisitamos el crescent hoop, una de nuestras piezas más clásicas y representativas y reforzamos nuestro amado símbolo del espiral en un anillo que recuerda la energía creativa en movimiento y las revoluciones eternas de esta roca/satélite que desaparece y siempre vuelve a brillar.
Como siempre, cada joya está hecha de plata reciclada –Ley 925–, un material que refleja tanto la capacidad regenerativa de la luna, como su brillo único. Las piedras semipreciosas juegan un rol importante en esta colección que incluye materiales como ópalo andino, lapislázuli, turquesa y obsidiana para referenciar el agua, su movimiento y las propiedades que se dice que tiene cuando se deja bajo la luz de la luna. Encontrarás piezas con coralina y ágata, recuerdos cromáticos de la luna que se tiñe de rojo en un eclipse. Por supuesto, también usamos perlas, que para muchas culturas son representaciones de la luna y un objeto con poderes de sanación capaz de llenar a sus portadoras de fuerza y vitalidad.
Con la colección no. 11 te invitamos a cubrir tu cuerpo con el poder y profundo simbolismo de la luna